Poesía - Ronald Revollo
- Ronald Revollo

- 3 dic
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Pájaros de barro
A veces me pregunto
si este silencio al que llamo mío
es en verdad de mi propiedad.
Si no pertenece al miedo,
ese acreedor
que nos reclama un poco cada vez
con despiadada usura,
sin congelarnos los intereses.
Me pregunto también
si los sueños que tengo
titulan bajo mi nombre,
o me fueron legados
de otros corazones
mejores que el mío.
Si esta piel que me encarna,
regalándome el sol,
la lluvia y el amor,
no es sólo otra letra de cambio
de algún dios de barro
que juega a crear pájaros
quebradizos al vuelo.
Me pregunto,
a veces,
si solo soy yo
o todos nos cuestionamos igual.
Y si alguno de nosotros
alguna vez saldó la deuda
o alcanzó el cielo sin hacerse pedazos.

Infinitud
Piensa la ballena que es grande,
hasta que el mar le recuerda su tamaño.
Entonces canta
para pedir perdón,
y llora arrepentida
por haberse creído el centro.
El océano responde con las olas,
como un padre que asiente
en la penumbra,
el Dios que sostiene todo.
Ser inmenso no es
ocupar espacio y nada más,
es reconocer el abrazo que nos envuelve.

Manual para poetas en tiempo de guerra
Paso uno: encuentre un rincón donde no se derrumben los escombros.
Paso dos: aprenda a distinguir los gritos de la metralla.
Paso tres: si aún queda silencio, no llore; agárrelo fuerte.
Haga un verso, silbe una melodía, cante una canción de cuna,
confiese su amor y rece.
No importa si todo es susurrando,
pero aproveche.
No durará mucho.







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