A la defensa de una muchacha

La Mala Fama

Suena la peculiar escala inicial en la radio, en una de las emisoras más populares de Barranquilla. El locutor la presenta como siempre la han presentado en la escena del 'picó' barranquillero. Engalana las veces que sus padres y luego él, la bailaron en un rincón de una caseta en carnaval y lanza al final un grito de alegría. Suena una 'placa'; un anuncio, de la emisora en la introducción recortada de la canción y arranca con su sonido alegre, bonachón y que remarca la Costa Caribe. 'El Satanás' está sonando.

Yo me considero relativamente nuevo en este ambiente de la escucha del género del soukous; no champeta para no entrar en conflictos. Nuevo, porque por la edad que tengo, no pude haber detallado en cada fiesta la acogida que tenía la canción. Cada vez que la ponían en la radio, o en las torres de amplificación junto a la guerra de amperios tradicionales que se escuchaban en los barrios que admitían la cultura del 'picó' de la ciudad.

Pero, además de ser un enorme tabú decir el nombre de la figura antagonista bíblica por excelencia, fue mal llamada esta canción debido a lo que creía escuchar el picotero de turno, rebautizándola; o poniéndole su piconema, de 'El Satanás'. Y la fama se extendió durante toda la época de los 90´ y parte del 2000, hasta que llegó la expansión mundial a todos lados: El Internet.

Justicia a esa Buena Muchacha

"N'est-ce pas vraiment, ce n'est pas possible, oh"

La Soukous Stars, algo así como la Fania All Stars de África, era un compendio de artistas, que cantaban soukous y que se reunieron en 1989 bajó la tutela del ya conocido guitarrista de origen congolés Lokassa Ya Mbongo. Junto con él, artistas del género reconocidos de la talla de Shimita y Zitany Neil. Con este último, el genio de la guitarra rítmica grabó la canción por la cual se escribe esta crónica: Tantine, que significa muchacha en francés creole.

El acetato en su portada con las fotos de los más grandes miembros de la Soukous Stars que, por la forma como está diseñada, me recuerda a una cebra por el toque minimalista del blanco y negro, pero sin ánimos de ofender al maestro o al diseñador del álbum. El nombre de este LP es un sustantivo claramente en español, influencias que recibió Lokassa al darse una vuelta por Cartagena en la época de los ochenta 'gozando'¹. Sale del Congo en 1991, bajo la marca Stern´s Africa, y vendría llegando al continente americano en 1993 bajo la misma firma, pero esta vez con Stern´s Music.

El sonido de todo el álbum podría recrear una tanda completa de música que le agrada al oído barranquillero, así como al buen escucha, los cambios en la melodía de cada canción y hasta lo que logran expresar, sea en lingala o francés, la hace amena y digna de un buen repertorio musical. Pero por respeto al bailador, solo colocan las partes donde hay mayores cambios musicales o aceleran la canción de forma vertiginosa o arriesgada. O como se suele decir por allí; 'en el vacile'. 

Tantine aparece como la última canción del álbum. Con sus casi ocho minutos de duración, fue la que mayor acogida tuvo en el público y se hizo renombre en cada baile que hubiera por las Nieves o Simón Bolívar. Como alguna vez explicó uno de los tantos legendarios picoteros de la Costa, Dagoberto Hernández del Coreano: 'Hay veces que los nombres eran difíciles de decir o no lo recordábamos a la primera, y lo cambiábamos ante la palabra que más repitiera o la que nosotros entendiéramos'. Entonces, las palabras en lingala: 'Sikila! Sakana!'; que su traducción es una orden a disfrutar de una buena fiesta, es decir, algo así como compórtate y diviértete, (usado como animación de Zitany Neil y la agrupación en los coros), fue transformado al oído de los picoteros con el nombre de 'El Satanás'.

¡Aquíííí Suena!

Como usted la conozca: Tantine, Tantina o El Satanás, esta pieza musical no dejará de ser una de las favoritas del público barranquillero. La guitarra que nunca se detiene de Ya Mbongo y la animación que te insta a bailar de Zitany, es una alegría que se escucha por los rincones donde, aun en las tardes de los sábados, arman los picós, prenden las torna mesas y ponen a rodar los clásicos que retumban por toda la ciudad. 

Y recuerden; "Sikila! Sakana!"

Agosto 15, 2.018

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1. piensa el autor (nota de la editora)